Gabriel del Rosario Brochero nació en los
aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el
cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció
en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas
fueron religiosas del Huerto. Habiendo ingresado al Colegio Seminario Ntra.
Sra. de Loreto el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre
de 1866.
Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje
de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los
sacramentos, llevando siempre lo necesario para la Misa en las arganas de su
mula. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni
el frío lo detenían. “Ya el diablo me va a robar un alma”, decía. Se entregó
por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó
con especial solicitud para acercarlos a Dios.
Pocos días después de su muerte, el diario
católico de Córdoba escribe: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la
enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba
a un leproso abandonado por ahí”. Debido a su enfermedad, renunció al Curato,
viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la
solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Transito,
muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.
¿Por qué es
Beato el Padre Brochero?
La increíble salvación de un bebe de 11
meses que en un accidente de tránsito sufrió fractura cerebral con pérdida de
masa encefálica, por quien la ciencia médica ya nada podía hacer, fue acreditada
como un milagro del llamado “cura gaucho” que los padres de la criatura le encomendaron.
La comprobación del milagro atribuido al
sacerdote se produjo después de un largo proceso, que comenzó en Córdoba y
finalizó en el Vaticano. Para el futuro
ya se piensa en gestionar su consagración como santo, según confió Dante Simón,
el vicario judicial que intervino en el proceso.
El perito médico que intervino en la causa, Carlos Rezzónico (ex ministro de Salud de la provincia) Puntualizó que la recuperación del niño “excede claramente lo esperado, pues era remota su posibilidad de vida y, en el caso de sobrevivir, sólo con riesgo de permanecer con severos impedimentos neurológicos”.
El perito médico que intervino en la causa, Carlos Rezzónico (ex ministro de Salud de la provincia) Puntualizó que la recuperación del niño “excede claramente lo esperado, pues era remota su posibilidad de vida y, en el caso de sobrevivir, sólo con riesgo de permanecer con severos impedimentos neurológicos”.
Remarcó que “por el contrario, se dio una restauración esencial de las funciones cerebrales: cognitiva, motora y sensorial”.
Concluyó que “la naturaleza se vio auxiliada por la intervención de factores que nuestros conocimientos médicos no explican” y que así lo entendió la junta médica del Vaticano para atribuir el milagro al cura Brochero.
En el Arzobispado de Córdoba, monseñor
Carlos Ñáñez reunió a la prensa para anunciar la noticia, junto a los padres
del niño salvado por el milagro brocheriano. “Me llena de alegría y emoción. Es
un hombre que gastó la vida en Traslasierra predicando el Evangelio y buscando
también una vida cada vez más humana y más digna para los fieles de su
parroquia”, dijo Ñáñez.
Al destacar la beatificación que se
formalizará en septiembre próximo, Ñáñez expresó que Brochero era “un modelo
para los sacerdotes, para los creyentes y para la Iglesia”
Ante los periodistas, Sandra Violino y
Osvaldo Flores, los padres de Nicolás -el niño salvado por el milagro- se
mostraron felices por la beatificación y se declararon “brocherianos de la
primera hora”, ya que siempre adhirieron a la obra del cura y encomendaron su
matrimonio y el posterior embarazo a Brochero. Más aún, dijeron que cuando
ocurrió la tragedia automovilística le imploraron que salvara la vida del bebe.
Sandra dijo al diario La Nación que Nicolás -hoy
tiene 13 años y acaba de concluir la escuela primaria- “tiene una profunda fe y
ha vivido esta realidad. Comparte la misa en Villa Cura Brochero y visita la
tumba (del sacerdote)”.
“Nos dijo que está muy emocionado y que
sentía mucho amor en su corazón”, agregó. Y justificó su ausencia ayer en el Arzobispado
al indicar que prefirieron preservarlo de todo este proceso.
Señaló que la familia estaba segura de la
beatificación y que desde el día del accidente del niño rezaban diariamente
para pedir la consagración del cura.
Iglesia Cura Brochero
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