“Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.” Mt 18,5
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¿Por qué Jesucristo es Rey?

Desde la antigüedad se ha llamado Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, en razón al supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que:

  • reina en las inteligencias de los hombres porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad;

  • reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobles propósitos;

  • reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie —entre todos los nacidos— ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús.


Sin embargo, profundizando en el tema, es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey, ya que del Padre recibió la potestad, el honor y el reino; además, siendo Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas.

Ahora bien, que Cristo es Rey lo confirman muchos pasajes de las Sagradas Escrituras y del Nuevo Testamento. Esta doctrina fue seguida por la Iglesia –reino de Cristo sobre la tierra- con el propósito celebrar y glorificar durante el ciclo anual de la liturgia, a su autor y fundador como a soberano Señor y Rey de los reyes.





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"Cuento de Navidad" Compañia La Bicicleta

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El niño y la estrella

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Seamos gansos

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Testimonios de Jóvenes

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ZENIT - “La ultima cima”, película sobre un sacerdote y sorpresa para su director

ZENIT - “La ultima cima”, película sobre un sacerdote y sorpresa para su director

La vida de Pablo Domínguez Prieto contada por Juan Manuel Cotelo

MADRID, domingo, 30 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- El próximo jueves 3 de junio se estrena en España la película "La ultima cima", un largometraje sobre la vida del sacerdote español Pablo Domínguez Prieto, fallecido en febrero del año pasado a los 42 años en un accidente de montaña en el Moncayo.

El director de la producción es Juan Manuel Cotelo, un hombre que quedó impactado por su figura, tras conocerle en una conferencia. Doce días después, ocurrió el accidente en el que falleció este sacerdote.

Cotelo, actor, guionista y director de cine y televisión, se autodenomina simplemente "contador de historias que merezcan la pena ser contadas". Dirige la productora Infinito + 1. Ha dirigido también producciones como "El sudor de los risueñores" y es autor del libro "Opera Prima, Así logre escribir, producir y dirigir".

En dialogo con ZENIT, Cotelo confiesa que un amigo le invitó a grabar la charla del padre Pablo: "yo no veía por ninguna parte el interés en conocer a un sacerdote más", confiesa. "¡Y ése fue mi error! Porque Pablo no era 'un sacerdote más', sino un buen sacerdote", dice.

"Por quitarme de encima la insistencia de mi amigo... fui y la grabé", recuerda Cotelo. "Además, hablé con él unos escasos minutos y comprobé su buen humor y su generosidad. No dudó en decirme: 'si puedo ayudarte en algo, sólo tienes que pedírmelo'. Aquello me impresionó porque sentí que lo decía en serio".

Pablo Domínguez Prieto era el decano de la facultad de Teología San Dámaso de Madrid. Nació en la capital española en 1966 y fue ordenado sacerdote a los 24 años. Doctor en Filosofía y en Teología, publicó 7 libros y decenas de artículos, impartió más de 50 conferencias. Era un buen alpinista y escalador. Coronó todas las cimas españolas superiores a 2.000 metros y otras superiores en los Alpes y los Andes. Cuando podía, celebraba misa en la cumbre.

Cotelo destaca del padre Pablo "su alegría y buen humor, su optimismo, incluso en los momentos más dramáticos, porque confiaba totalmente en su gran amor: Dios... 'que no es un amigo cualquiera, sino que es un Padre Todopoderoso', dicho con sus palabras".

"Estaba enamorado de Dios y servía a Dios sirviendo a los demás", dice Juan Manuel a pesar de su brevísimo trato con el. "Ésa era la segunda cualidad que llamaba más la atención en él: su reacción inmediata para ponerse al servicio de cualquier persona, fuera quien fuese", testimonia.

"Estaba enamorado de la Iglesia", asegura. "Por último, estaba enamorado de las montañas, de la naturaleza, el lugar en el que se encontraba con Dios de modo más íntimo. En resumen, diría que el amor de Pablo a Dios era el mismo amor que tenía a los demás, a la Iglesia y al mundo. Todo lo unía en Dios" asegura el director de La ultima cima.

Cotelo recuerda el día en que se enteró de la muerte de Pablo viendo las noticias: "Escribí a un amigo montañero y, para mi sorpresa, me respondió llorando, diciéndome que había muerto 'su amigo Pablo'. ¡Yo no sabía que eran amigos! Desde ese día hasta hoy sigo topando con amigos de Pablo, del modo más inaudito. Con eso he descubierto que conocer a Pablo era querer a Pablo".

La idea de "La ultima cima"

Alguien le sugirió hacer una película sobre el padre Pablo. Juan Manuel se negó rotundamente. Pero poco a poco empezó a cambiar de parecer: "Fui conociendo a personas que habían tratado a Pablo y que me contaban de qué modo el cariño que habían recibido de parte suya había transformado sus vidas. Había que estar ciego para no darse cuenta de que su historia merecía la pena ser contada", dice.

"Además, siempre he concentrado mi trabajo en contar historias de personas buenas, sin prestar atención a los que hacen el mal, porque personalmente no me interesan esas historias de las que, además, se ocupan muchos otros con gran profesionalidad", confiesa Juan Manuel.

Este cineasta cuenta cómo aquella conferencia y su breve trato con Pablo alteraron su vida: "Pablo es la demostración de que cualquier persona puede tener una vida fértil. Porque sus virtudes son accesibles a cualquiera", dice.

"Gracias a él, ahora procuro escuchar con más atención a las personas, prestar pequeños servicios a quien se ponga delante, sonreír cuando no me apetece, alterar mi horario sin enfadarme cuando surge alguien que me lo pide... y unas cuantas cosas más en las que veo que él era mucho mejor que yo", señala.

"Sobre todo, procuro buscar a diario y en todo la voluntad de Dios para mí", agrega. "Por último, con Pablo uno puede descubrir que el Cielo no está 'más allá' ni empieza 'más tarde', sino que desde ahora uno ya puede empezar a vivir en el Cielo, si dejas que Dios entre en tu vida", dice Juan Manuel.

Este trabajo le ha permitido a Cotelo encontrarse con la belleza de la vocación sacerdotal que para él "es la belleza de un Dios humilde quien, pudiendo actuar sin depender de nadie, nos hace llegar su gracia a través de otros hombres".

"Cristo, pudiendo dar de comer a una multitud, con un simple chasquido de dedos, lo hizo con la colaboración de hombres vulgares: 'dadles vosotros de comer'. Y hoy sigue actuando igual", dice Juan Manuel. "Son los sacerdotes quienes nos dan el alimento para el alma, que no es suyo, sino del mismo Dios, que se nos entrega en persona a cada uno", asegura.

"Es innegable que Pablo ha vivido y ha fallecido con fama de santidad, sin eufemismos: santidad real", asegura el director de "La ultima cima".

"Además, lo que destacan de él quienes le trataron no son sus cualidades intelectuales, a pesar de tener dos licenciaturas y dos doctorados", dice el director. "Me sorprendió mucho que nadie diera importancia a eso, a pesar de ser cierto. De él destacan sus virtudes: su alegría, su humildad, su generosidad, su amor a Dios, su castidad, su desprendimiento de todo lo material..."

"He querido dar la cara por los curas", dice Juan Manuel Cotelo, y por ello dedicó este largometraje a un sacerdote que, minutos antes de morir, llamo por celular a su familia y dijo "He llegado a la cima" 0 comentarios

PARA RECOMENDAR

Inicio Película "La última cima" YA EN CINES - EN 23 SALAS DE TODA ESPAÑA Y PRONTO MÁS,......... GRACIAS A TI from infinitomasuno.org on Vimeo.

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DIBUJOS

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PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

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CANCIÓN DEL SEMBRADOR

Salió muy temprano un sembrador, tirando
Semillas en derredor, estaba la tierra sedienta
de amor y el surco esperando el precioso don

¡Qué ilusión!, ¡Qué ilusión!, ¡Qué ilusión!,
Que tenía el sembrador
El quería ver crecer la flor

Y después el fruto madurando al sol.

Pero el grano que cayó a la orilla del camino,
Tuvo muy triste destino, un gorrión se lo comió.
Otras semillas fueron a dar,
a las duras piedras de un pedregal
allí a la sombra pudieron brotar
y éstas sí parecían que podían triunfar.

Pero cuando el sol salió, esas plantas se secaron
Sin raíz no soportaron, el calor de la aflicción.
Más aún quedan granos en un lugar,
donde hay abrojos sin arrancar
allí las semillas pudieron brotar,
Esta vez parece que fruto darán.

Pero a poco de brotar, estas plantas se murieron.
Los abrojos las cubrieron con su manto vegetal
Cuando ya parecía que no había más semillas
Dispuestas a germinar, unas hojas verdes
Se vieron brotar, en la tierra más fértil de aquel lugar

Con profunda raíz estas plantas germinaron
Y con su verdor pintaron, aquel suelo cual tapiz,
Como premio de color a esa tierra generosa
Surgieron flores tan hermosas,
Que deslumbra su esplendor
Y esta bella historia no acaba aquí
Lo mejor todavía lo tienes que oír
Pues salieron frutos por cientos o mil,
Y aquel sembrador cosechó muy feliz 7 comentarios

JESÚS HABLABA EN PARÁBOLAS

Parábola: es una palabra de origen griego que significa comparación, semejanza. Evoca un ambiente, describe una acción y sus consecuencias. Describe un dilema moral, un conflicto, sobre el que hay que pronunciarse y enfrentarse finalmente a ese resultado.

La parábola es un breve relato con un doble significado.
Jesús predica utilizando parábolas, es decir, ejemplos vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria, dándoles contenidos ricos y amplios. Su arte consiste en arrastrar a quienes lo escuchan a entrar en el juego del relato, a que tomen partido y puedan decidir que comportamiento seguir. Las parábolas no son sólo un medio de información: Jesús hace de ellas un medio de acción.

A nivel superficial, la parábola habla de siembra o de ganados, por ejemplo; pero en un nivel más profundo apunta a algo diferente y exige, por tanto, una interpretación.
La parábola busca siempre la participación del lector en el reino, y la parábola es un relato muy apropiado para desencadenar tal proceso. Por eso se dice que Jesús ha contado parábolas no tanto para enseñar algo a sus oyentes cuanto para cambiar algo en sus vidas.

La parábola se presenta así como una pregunta a la que se invita a responder, sin imponerse autoritativamente. Esperando que la respuesta adecuada cierre la dinámica iniciada por el relato de Jesús. «La respuesta del lector completa el significado de la parábola”.

La parábola busca, pues, desencadenar un proceso de transformación de la persona debido a la irrupción del reino de Dios en la historia humana. Este proceso transformativo se va a manifestar en las tres dimensiones temporales en las que vive la persona en este mundo:

Se trata de romper con un pasado que no se ajusta al reino que viene.
Se pide una decisión en el momento presente, que posibilite el reinado de Dios y nos transforme en «criaturas nuevas», algo que no basta con nuestras simples ganas o deseos, sino que es obra del Espíritu.
Por último, se abre ante nosotros un mundo nuevo, un futuro soñado, una nueva posibilidad de existencia que se anunciaba en la predicación del reino de Jesús y busca llevar a la persona a su plenitud.

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MAXIMILIANO KOLBE, UN SANTO

Maximiliano Kolbe fue un sacerdote franciscano detenido por los nazis.
A fines de julio de 1941 se fugó un preso del campo de concentración de Auschwitz, y —según una norma intimidatoria de los nazis— por cada hombre fugado deberían morir diez. La primera elección recayó sobre el sargento polaco Franciszek Gajowniczek (de 40 años), quien en medio del silencio empezó a llorar: «Dios mío, tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?». Entonces Maximiliano Kolbe se ofreció para sustituir a ese hombre, diciendo: «Yo me ofrezco para sustituir a este hombre, soy sacerdote católico y polaco, y no estoy casado».
El oficial lo aceptó y el padre Kolbe fue puesto en ayuno hasta morir. Pero como —tras padecer tres semanas de hambre extrema— sobrevivió a los demás, el 14 de agosto de 1941 fue asesinado por una inyección.Tenía 47 años de edad.

El papa Pablo VI lo declaró beato en 1971; a la fiesta asistió Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años atrás. Once años después, Juan Pablo II canonizó a éste ante una multitud de polacos, el 10 de octubre de 1982.

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UNA VIDA POR OTRA



Imagen del Daily Herald, momento en que el sacerdote católico Maximiliano Kolbe se ofrece a ocupar el lugar de un sargento polaco quien era padre de familia condenado en Dachau en represalia por la fuga de un prisionero. 0 comentarios

ESPERANZA


"La esperanza es la virtud que engendra confianza y, junto con ella, serenidad y alegría" Juan Pablo II

"Es la fuerza que nos llena de ánimo cuando estamos desesperados" Chesterton

La esperanza cristiana es activa, gozosa, dinámica, festiva...porque nuestra esperanza es Cristo.
La esperanza nos asegura que podemos ser discípulos de Jesús más fieles de lo que somos, a pesar de nuestras dificultades; que cada persona tiene más valores de los que aparenta, que el mundo puede llegar a ser mejor si colaboramos confiadamente con Dios.

Tomado de "Crecer en valores" de Mir costa y Gómez Masdeval. Editorial Sal Terrae
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